CISCO GARCÍA hace un emotivo regreso a principios de los 90’s en “Antes de cruzar el puente Matacaballos: Escritos periféricos”
El graffiti, es parte del contenido y el argumento que ofrece los ingredientes para elaborar esta historia, este tránsito por un pasado… Un recorrido que abarca cinco años. Graffiti periférico, vandálico, que da pie a muchas situaciones paralelas, a infinidad de anécdotas, a vivencias colectivas. Tiempos analógicos, de caminar las calles por la noche… A la pintura callejera se une el rap, las fiestas, las jornadas en el parque. La narración se desplaza en el tiempo, trasladándose de principios de los 90’s a la actualidad, donde convergen situaciones muy diferentes. Hablamos con el autor de Antes de cruzar el puente Matacaballos: Escritos periféricos, Cisco García aka SeiOne, todo un veterano de la escena en el arte del aerosol.
Texto por MC Alberto • Fotos por cortesía de Cisco García
«La narración se construye para que, cualquier persona, entienda o no de graffiti y hip hop, pueda introducirse y reconocer las historias y pasajes que se narran.»
«Al igual que en aquellos años los actores de la movida tenían que hacerlo todo, creo que ahora también ocurren cosas que son necesarias que las hagan aquellos que vivieron la juventud del graffiti y el hip hop… Por nosotros y por los jóvenes. Y creo que se está haciendo bastante bien. Nuestra movida ya tiene un buen recorrido y era necesario mirar atrás para poder construir aquella memoria.»
«El hip hop, y en mi caso, el graffiti, nos ofreció un objetivo apasionante.»
CAMBIO, EVOLUCIÓN Y NOSTALGIA
EL RITMO DE LA CALLE: Hola Cisco, encantado de entrevistarte y trasladarte mis felicitaciones por tu libro… Antes de empezar la entrevista, muchos sabemos de ti por tu trayectoria en el mundo del graffiti, pero, ¿cómo te presentarías a la gente que no conoce a Cisco y su aka en el mundo del aerosol como SeiOne?
CISCO GARCÍA: Agradezco tus palabras. Para mí también es un placer estar en El ritmo de la Calle… Yo nací en l’Hospitalet de Llobregat en 1974, conocí el graffiti y el hip hop en 1989. Durante bastantes años esa fue mi obsesión y me dediqué con empeño a ello. Practiqué el bombardeo callejero con gran entusiasmo, los trenes… Viví con mucha intensidad aquellos años en que nos teníamos que buscar la vida para minimizar las carencias que existían, tanto en la movida como las propias.
ERDLC: Empatizo completamente contigo… ¿Cómo definirías Antes de cruzar el puente Matacaballos?
CG: Lo cierto es que, cuando acabé de escribirlo y reflexioné un poco sobre el resultado, llegué a la conclusión de que era difícil clasificar el libro. Contiene algo de memorias, algún matiz de ensayo y también ficción. Supongo, que la decisión de acompañar el título con el subtítulo de: escritos periféricos, surgió como recurso para situar al lector y encajar las variantes del contenido.
ERDLC: ¿Y cómo surgió la idea de escribir el libro?
CG: Yo no me considero escritor. Me apasiona la literatura desde hace bastantes años y he leído lo suficiente como para tenerle un respeto enorme… Pero escribía en secreto, y pensé en recoger parte de las aventuras vividas en aquellos inicios, aquellas que nos explicábamos entre nosotros tantas veces… Cuando mis amigos y yo recorríamos juntos aquel apasionante viaje. La idea inicial partía de eso, de anotar nuestras grandes pericias, aquellos maravillosos whole trains… Las carreras nocturnas, nuestro cachondeo, el escenario… Pero sin darme cuenta, el proceso cambió la idea inicial… Por exceso de ganas y falta de memoria recurrí a la ficción, y ahí volvió a cambiar todo lo pensado hasta ese momento.
ERDLC: En los 80 yo vivía en Barcelona, y recuerdo que el puente de Matacaballos, era un puente antiguo donde había una senda en muy malas condiciones, sobre las vías del tren y al lado del cementerio, uniendo los barrios de La Florida y Sant Josep en L’Hospitalet. ¿Por qué el título de Antes de cruzar el puente Matacaballos para el libro, qué significado tiene para ti?
CG: El título llegó de forma natural, la localización existía, se nombraba en bastantes ocasiones el Matacaballos… Pero añadir el Antes de cruzar, aun siendo algo muy literal, le aportaba misterio y me transmitía mucha fuerza… Lo que llamábamos “el Mata” fue un lugar muy significativo de aquel momento y, observándolo desde la distancia, aún sigue siéndolo.
ERDLC: ¿A qué tipo de lectores te diriges principalmente?
CG: Durante el recorrido, juego con el recurso de que me dirigía a alguno de aquellos amigos de la adolescencia, pero a medida que avanzaba, eso iba cambiando… Creo que la narración se construye para que, cualquier persona, entienda o no de graffiti y hip hop, pueda introducirse y reconocer las historias y pasajes que se narran.
RECONSTRUYENDO LA HISTORIA
ERDLC: ¿Deseas que llegue a la gente algún tipo de mensaje en concreto con el libro?
CG: No hay un mensaje concreto. Aunque creo que sí hay un punto de vista que surge desde adentro, desde alguien que vivió aquellas experiencias concretas, no desde la mirada ajena.
ERDLC: ¿Qué ha significado para ti escribir esta publicación a diferencia de lo que habías hecho anteriormente en las paredes?
CG: Lo que me dije a mí mismo al terminar el libro fue, que nunca antes me había implicado en una obra, fuera del género que fuera, con tanta dedicación y durante tanto tiempo. Tardé dos años en construirlo, cambió mi ritmo horario, me levantaba dos horas antes para releer, corregir y narrar… Eso es algo que ya he adquirido como nueva costumbre. La diferencia con lo que había hecho anteriormente es total… Y forma parte de las inquietudes que me han acompañado estos últimos 15 años, desde que marché de la periferia a un pequeño pueblo de montaña. El entorno y su contenido me ha empujado a cambios y situaciones muy diferentes a las vividas con anterioridad. Con el graffiti y su escenario me sentía muy cómodo en aquellos años, en cambio, cuando me intereso por otros contenidos como es la literatura o el mundo rural, desaparece la comodidad y surge la dificultad, la falta de confianza, el creer que no estoy capacitado para ello… En fin, salen a la luz las carencias y comienza el aprendizaje.
ERDLC: Nos sitúas entre 1990 y 1995… ¿Por qué en ese intervalo de tiempo?
CG: Para mí y, por lo que sé, para muchos otros, aquellos años fueron realmente especiales. Son años envueltos en unas condiciones muy concretas: la inocencia inicial, el descubrimiento, la aventura… El graffiti y el hip hop era aún joven en nuestro paisaje y los que lo practicaban también. Diría que, por un tiempo, los que empezamos en aquel momento caminamos junto a la propia movida… Incluso que la hacíamos caminar entre todos. Los fanzines los comenzó a hacer la gente de aquel momento, imagino que sentían que aquello se debía hacer entre todos… Los locales como Soweto o Train club fueron gracias al entusiasmo de gente de la movida… ¡Había que hacerlo todo porque aquí estaba casi todo por hacer!
ERDLC: ¿Cómo definirías la historia que acontece en el libro, que se puede encontrar un futuro lector en él?
CG: La literatura que me gusta leer es capaz de alucinarme sin necesitar un gran tema, no necesito grandes gestas para estar atento a una buena historia. En Antes de cruzar el puente Matacaballos hay un arrojo… Al igual que antes decía que en aquellos años los actores de la movida tenían que hacerlo todo, creo que ahora también ocurren cosas que son necesarias que las hagan aquellos que vivieron la juventud del graffiti y el hip hop… Por nosotros y por los jóvenes. Y creo que se está haciendo bastante bien. Nuestra movida ya tiene un buen recorrido y era necesario mirar atrás para poder construir aquella memoria. Se están haciendo podcasts maravillosos, como el que capitanea Musa, con un contenido histórico brutal aportado por los entrevistados, que nos muestra que muchos de los problemas y de las soluciones que se nos aparecían eran bastante similares… Yo investigué un poco y no encontré un ejemplo parecido a lo que andaba haciendo, una obra narrativa que tuviera como objetivo entretener al lector, hacerlo partícipe de unas vivencias que, para mí, poseen mucho atractivo y podían dar para una buena historia.
ERDLC: ¿Podríamos decir que en algunos aspectos el libro es una especie de memorias a modo de narración de experiencias de vida?
CG: Contiene parte de memoria. Pero creo que de un espacio muy concreto… Aunque diría que he utilizado la memoria como parte importante de la historia. Incluso para poder introducir ficción.
ERDLC: Sin hacer mucho spoiler, ¿qué nos puedes decir de la importancia que tuvo El señor del tiempo?
CG: El señor del tiempo, es de aquellas cosas que en su momento apenas prestas atención, pero con el tiempo y el ejercicio que todos hacemos al recordar, aparece. Yo no creo que tuviese ninguna relación con nuestra decisión de comenzar a pintar, incluso ni para hacerlo en los muros del Matacaballos… Pero, al darse esas situaciones, la de pintar y pensar en el Mata para ir a hacerlo, nos llevó a descubrir un gran mural: El señor del tiempo. Pudimos comprobar que ya había algo en el muro, una pintura que se alzaba a una altura vertiginosa. Aquel mural dominó el paisaje durante un tiempo, y las historias sobre quién y cómo lo hicieron se van haciendo grandes. Ya mayores, al mirar atrás, la carga simbólica de El señor del tiempo crece, las preguntas se vuelven a formular, pero nadie tiene respuestas, ni imágenes, es un gran misterio que me obligó a imaginármelo…
CULTURA DEL AUXILIO
ERDLC: Hablas de las emociones y sentimientos que generaba en aquel entonces la inocencia de estar descubriendo el mundo del graffiti, la unión entre los escritores, donde se conseguía protagonismo manteniendo el anonimato…
CG: Creo que nosotros vivimos un momento muy especial. Quizá, el no tener acceso a los elementos necesarios para hacer aquello que queríamos hacer, nos llevó a buscar soluciones, a mirar cómo lo hacía el otro, a preguntar descaradamente ¿Cómo lo haces? Y aquella pregunta a veces recibía una respuesta… Yo imagino que se dieron las circunstancias, brotaba mucha energía y faltaban los materiales para transformarla. Esas carencias llevaban a absorber como una esponja aquello que caía en tus manos. Ya fuera música o imágenes de graffiti…
ERDLC: ¿Por qué se puede afirmar con rotundidad que todo aquello nos salvó la vida a muchos de nosotros?
CG: El graffiti, y el hip hop en general, se mueve por los extrarradios de las ciudades, es donde encaja significativamente. La periferia de finales de los 80’s y principios de los 90’s aún estaba destrozada por la heroína y desigualdades sociales, el entorno estaba complicado. La mayoría de madres temían que sus hijos se convirtieran en aquello que veían por las calles… Yo creo que el hip hop, y en mi caso particular, el graffiti, nos ofreció un objetivo apasionante, con la fuerza suficiente para quitarnos de la cabeza según qué desvíos… Quizás se convirtió en una escuela de la que no queríamos perdernos ni una clase.
ERDLC: Aparecen lugares emblemáticos como el Game Over, que evocan gratos recuerdos con el Kapi y el Moockie… nombras las Randy, como se llamaban en aquel entonces a las bambas Adidas haciendo referencia a los Run DMC, también el Jamboree… Relatas muy bien, con todo lujo de detalles una época que muchos hemos vivido en primera persona, con el graffiti como telón de fondo y nexo de unión en la trama, hablando evidentemente también de la cultura hip hop y todo lo que la rodea… ¿qué es para ti el hip hop, recuerdas como lo conociste, primeros discos, maquetas que escuchaste?
CG: Llegué al hip hop a través del graffiti, lo primero fue el graffiti. A los pocos días de comenzar a hacer mis primeras firmas me llevaron a Universitat, allí descubrí el hip hop. Aunque en mi barrio ya había bailado breakdance sin apenas saber lo que era…Veíamos bailar a los mayores y nosotros copiábamos pasos… Incluso en final de curso de 7º de EGB hicimos una especie de representación, pero apenas tengo recuerdos. Diría que lo primero que escuché conscientemente fue Public Enemy… Pero tuve la suerte de que al parque venía Split, un magnifico DJ que nos ilustró con algunos de sus discos. Sin duda la banda sonora de aquellos inicios diría que la formaban Public Enemy, Run DMC, Kid Frost, Ice T, Nwa… BZN diría que rulaba entre la peña al principio, igual que algún tema de Jungle Kings… No estoy seguro cual fue la primera que escuché. También rulaba la de Underrap… Pero la que escuchamos innumerables veces fue la maqueta del Make D… La reventé de tanto escucharla. Tuvimos la suerte de tener cerca al Make D en los inicios, es familia de uno de los integrantes de mi grupo… Flipábamos con él y sus canciones y las escuchábamos y las cantábamos a todas horas.
ERDLC: Para ir finalizando y como mera curiosidad, ¿podrías citar algunas canciones o discos a modo de banda sonora que podría definir y/o ambientar tú libro?
CG: La música que me acompaña desde hace años es diversa y muy diferente entre sí. Por citar algunos de los nombres que han sonado mientras escribía: Miles Davis, Tom Waits, Albert Pla, Javier Krahe, Tote King, Amy Winehouse, Black Star…
ERDLC: ¿Cómo alentarías a la gente que no ha leído tu libro para que se anime a hacerlo?
CG: Eso se me da fatal. Pero si has vivido la movida, en Antes de cruzar el puente Matacaballos se explican algunas historias que te pueden ser familiares, en las que te puedes sentir protagonista…Y, si no la has vivido, quizás sea más divertido.
ERDLC: ¿Próximos proyectos?
CG: Pues hago lo que puedo, pinto de vez en cuando, no he dejado de escribir, intento pasármelo bien con mi pareja y nuestro hijo. Siempre ando liado en algo… Mientras escribía Antes de cruzar el puente Matacaballos apenas nadie lo sabía, o sea que puede que esté germinando algo…
ERDLC: Estaremos pendientes… Gracias por la entrevista Cisco, continúa transmitiéndonos sensaciones con tus palabras, tanto en el papel como en los muros…
CG: Muchas gracias por ofrecerme este espacio, un saludo y buena lectura.