Album review: HOKE & LOUIS AMOEBA – “BBO”
VALENCIA CARDIO
El Disco del año. El tercer debut largo con más escuchas este año en Spotify España. Presentado en febrero, aparecido en septiembre. Un acontecimiento. Un antes y un después. Desde que apareció hace una semana, se acaban los elogios para uno de los discos hip hop más esperados del año. Pero la historia viene de lejos, de muy lejos. Toda una vida de hip hop en Valencia, siempre ninguneado a nivel nacional. Hasta ahora.
Texto por Carlos Monty • Fotos por cortesía de Hoke & Louis Amoeba
Hace 10 años. Estoy conduciendo mi Jaguar en dirección al home studio del Sr. Sito (Parnaso Posse) con ese disco de Miles Davis, cuyo sampler aparecerá más tarde en un himno de la nueva generación “Valencia Estancia”. Aquel memorable “Iturbridge” de 2012. En el carro mi ahijado Luis Zari “Suyana” y su inseparable Farniente L-Berr, las dos mitades de Asës que lo grabarán, y su colega luego conocido como Ébano (Madrid 90’s), como siempre entre Valencia y Madrid. En mi loro suenan viejos hits de EPMD, Beatnuts, Group Home, Das Efx… Salvo Ébano, el más puesto en clásicos, no conocen la mayoría. No importa. Ya es hora de bautizarse. Y tanto. Valencia Estancia se convierte en la plataforma de los nuevos talentos de Valencia, como ChicoEs3, Carlos Broch y otros outsiders que ya estaban o estarán como El Hombre Viento, Erick Hervé… todos pivotando entorno al estudio en Mislata de un chico recién venido de Colombia, documentalista, conocido al poco como Luis Amoeba y su hermano mayor, el reconocido DJ V-Funk. Una comunidad y un estudio para gobernarlos a todos.
Octubre de 2020. Recién salidos de lo peor de la pandemia. Viene de invitado a mi radio show en Russafa Radio, el jamaicano de Londres Kung-Fu Rasta. Me pregunta qué está sonando. Le digo que es el “96’ers” de un chico que creo que rula por el Cabanyal que se llama Hoke y que la va a partir seguro. La letra es como un GPS de las calles de Valencia con ese juego de espejos “A estas alturas/Mi jefe ni me saluda/No sé lo que se factura/en Jefatura/Pero me la suda” y ese ambientazo sonoro de Hatari Hanzo. Luego sale “Hi Tek” y sobre todo “Medallones” y alcanza el millón de visitas. Esos códigos, esos juegos de palabras con sentido, esas metáforas y esas referencias, solo accesibles para quienes están en el juego, mitad inglés castellanizado, mitad argot callejero (como Johnny Doc con Polo Produce pero sin el universo gánster), siempre fluido, siempre con ese tono de crooner urbano harto de estar harto de las generaciones actuales, están ya construyendo el nuevo mito de la Valencia Secreta. Puro Valencia Estancia.
Tantas skillz y esa habilidad única para los puentes y fundir rimas como líneas en plata, hace que se fijen en él fuera de la capital del Turia. El primero, Tote King en la colabo “Oversize” como había hecho 10 años antes con Tomy G (Fill Black) y “Trece Catorce”. También Ébano y toda la escena Madrid 90’s, sobre todo Ill Pequeño y Ergo Pro (“Rafaela Ybarra”). Así que era natural que se juntaran con el mismo flow canario de Cruz Cafuné, Bejo y todos los demás locos isleños.
En paralelo Luis Amoeba se corona con ese terremoto argentino llamado Nathy Pelusho, que elige una de sus bases para volar la cabeza a cualquier hispano parlante en “Corashe”. ¿Qué pasa, que si lo hacen Kendrick Lamarr o The Sons of Kemet es afrofuturismo, pero si nos salimos del beat y cambiamos varias veces de registro en español, es que no tenemos skillz?. Bullshit!. Hay que ser mucho productor, para acompañar una tormenta verbal como esa.
Así que, por lo bajini, solo para fans, el hype va subiendo desde el tremendo “Medallones”, y cuando se hace una presentación especial en Madrid en febrero, ya todo el que está en el juego sabe que este “BBO” va para rookie del año. “Solo quieren titulares/como los primeros cuartos/partíamos todo a mitades/ahora doblamos los cuartos/Una profe me dijo/Que fijo que repito cuarto/Y son tantos los hoteles que piso/Que fijo que repito cuarto” (“Olympique”).
Así que cuando el disco se publica hace una semana, el rumor se confirma. Se han saltado el juego. El bólido vuela, suave y consistente. No hay track malo o aburrido. Las colabos de los que siempre estuvieron ahí (Ébano, Cruz Cafuné y Ergo Pro con Ill Pekeño) están donde tienen que estar. Dando brillo, pero sin opacar. Porque cada tema es una pequeña obra de arte. Los recursos en las rimas están más maduros que nunca, y la producción es un escándalo. Tanto que más que un álbum parecen 9, los tracks del disco descontados la intro y el skit, sin dejar de sonar uniforme. Tanto que igual suena boom bap evolucionado en “Desamparados” y “TT”, que grime (“JJJ”), que drill (“Olympique”?), que cualquiera de los paisajes sonoros exclusivos de Lucho, como “Chorbo Real” o el delicioso “Santo” que cierra el disco. Tanto que no sabes si elegir “Five 0” u “Olympique” como afiches para el vídeo. Porque el psycho de “TT” va para la próxima de Tarantino.
Es el cardio de Valencia. Más saludable que nunca. Más orgulloso de la herencia de La Terreta que nunca.